Hace 23 años escribí y dibujé mi único cómic para niños: "La biblioteca de Turpín". Lo hice por encargo de Ana Bermejo, a la sazón coordinadora de El pequeño País, suplemento infantil del periódico El País que se entregaba los domingos, y en el que la historieta se publicó por entregas. Por aquel entonces, la difusión dominical del periódico debía ser cercana al millón de ejemplares. En 1990 la obra se publicó completa en álbum por Pequeño País/Altea. Y finalmente, en 2006, Ediciones La Cúpula la reeditó, edición que se puede encontrar aún en las librerías.
Viene todo esto a cuento porque, desde hace un par de años, cada vez me encuentro más lectores (y lectoras!) que me dicen que leyeron esa historieta de pequeños en El pequeño País, y que con el tiempo empezaron a interesarse por mi obra anterior y posterior. Últimamente son legión y, por ejemplo, en las sesiones de dedicatorias del pasado Expocómic firmé casi tantos Turpines como Vapores.
Lo cual me ha hecho reflexionar bastante y arriesgar algunas conclusiones: Si hasta hace poco la media de edad de mis lectores era bastante parecida a la mía y de repente empiezan a aparecer multitud de lectores veinte años más jóvenes que yo, tiene que ser en gran parte gracias a que hice ese cómic para niños en su momento (y que les gustó, claro). Lo cual vendría a confirmar que no es ninguna tontería decir que hay que alimentar la cantera (los futuros lectores). La cantera son los niños y, desgraciadamente, ya no hay apenas ningún producto editorial de cómic destinado a ellos.
Debería haberlo, aunque no fuera de un millón de ejemplares.
Hice Turpín en su momento poniendo todas mis ganas, y me hizo feliz hacerlo. Y lo estoy ahora por la cantidad de lectores que, sin esperarlo, me ha reportado. Para ellos, sobre todo, lo que viene a continuación.
Porque no terminó aquí la vida de Turpín. Además de dos series de portadas para El Pequeño País ("El abecedario de Turpín" y "El enigma de Turpín"), hubo un proyecto de serie de animación para el que hice una reelaboración de los personajes y varios dibujos inéditos, como éste (disculpad la calidad deficiente, son escaneos de fotocopias a color).
Sin duda,yo también lo recuerdo gratamente y como iba especialmente cada semana buscando ese suplemento a la biblioteca pública que por aquí empezaba también a funcionar.Lo recuerdo con cariño muy especial, por que ademas de adentrarnos en un mundo mágico de cómic; era aleccionador en diversas materias del colegio.Recuerdo también esas espectaculares portadas; jodidas en parte,profanadas diría yo por el logo y la publi, de los enigmas de Turpín y no recuerdo lo del abecedario de Turpín que ya he visto con los años, como lo del otro personaje Ozzo.
ResponderEliminarTambién tengo idea de haber oído esto de una adaptación al dibujo animado , que no llego a fin. Como de otro proyecto de animación educativa (Al Cor dels Arbres) del que he tenido noticia hace no mucho, y ya había visto un avance de ilustraciones en la publicación Studio#9 ...
Pon mas de estas ilustraciones de esta animación que no llego a termino de Turpín y no te preocupes por la calidad de las copias yo la veo estupenda.
Por lo que vi en Comicartfans también hiciste decorados y personajes para alguna otra historia de este tipo, con osos y cocineros...
ResponderEliminarSí, un proyecto para una productora de TV. Debo tener fotocopias guardadas por ahí (espero), porque nunca me devolvieron los originales y nunca me pagaron tampoco. A ver si un día lo encuentro y lo cuelgo por aquí.
EliminarQué tiempos, aunque a mí Turpín me pilló ya un poco mayor. Eso si, hace un par de años en "Viñetas desde O Atlántico" me hice con el álbum,... por si los niños. Y ya de paso cogí en aquella ocasión un par de Gustavo y el de la Muerte Humeda... por si los mayores.
ResponderEliminarPor cierto a mi librero de cabecera, no le llega "Vapor". No, mi librero no es una cafetera...
Saludos.
La biblioteca de Turpin se sigue utilizando hoy día como lectura en los últimos cursos de primaria (5º-6º) y en los primeros de secundaria (1º-2º) con excelentes resultados. Yo lo he hecho con mis alumnos y algunos de mis compañeros también. Resulta una obra bastante atemporal, lo que facilita que haya envejecido mejor que otros productos para jóvenes de esa misma época. Además, el amor por la lectura y los libros que desprende la obra -y que es una de tus constantes creativas- la hace perfecta para la docencia.
ResponderEliminarLo leí hace un tiempo, ya de grande, en el afán de leer todo lo suyo, y me gustó muchísimo; estoy segura que en mi infancia lo habría disfrutado también. Este cómic demuestra que una obra para niños bien hecha no sólo puede sobrevivir décadas sino también resulta una lectura grata e interesante para adultos.
ResponderEliminaruy, si te está leyendo una 3era generación, los que leyeron Turpin, la guardaron tras el cerebelo y ahora tienen hijos! Siento el golpe en el hígado, mais c'est comme ça. Del otro lado del charco, en un país en el que hay como 3 librerías (75% libros de autoayuda), encontré la serie de Anaya (ya sale el sol, todos los colores...)y más tarde la adaptacion de cuentos de Galera, y los machacamos incansablemente.
ResponderEliminarPues yo que ya peino canas me lo pasé teta leyendo esta historia porque afortunadamente no entiendo de edades en lo que se refiere a tebeos. Lo que está bien hecho lo disfruta cualquiera que tenga sentido común, qué narices. Además esta maravilla lo tiene todo: acción, aventura, suspense, juego, incitación a la lectura...A mi particularmente me llevó a leerme "El Vellocino de Oro", de Robert Graves, que me pareció magnífico. Fíjense si tiene jugo. Es una pena que no exista un mercado de tebeo infantil, con la de autores extraordinarios que hay en este país. Es difícil competir con tanta estulticia como la que existe hoy en día.
ResponderEliminaryo soy de los que lo leyeron en directo, semana a semana, cuando tendría 6 años, y lo recuerdo como una de las primeras cosas de cómics que me fliparon junto con Tintín en el Tíbet. Años después cuando encontré en la librería el Prolongado sueño del señor T, lo pillé por ser del autor de la biblioteca de Turpín y hasta ahora!
ResponderEliminar:)
Ahora mismo es muy dificil que vuelva a pasar esto. Los periódicos han suprimido los suplementos infantiles, parece que lo único rentable son los suplementos dedicados a la "mujer". Y lo escribo entre comillas porque conozco muchas mujeres que no tienen intereses vinculados solamente al mundo de la moda y las marcas. A lo que iba: este desinterés por la historieta infantil viene también de las instituciones. Por falta de apoyo cerró la revista catalana Tretzevents y la mallorquina Esquitx peligra por impagos institucionales. hay una guerra en marcha y la estamos perdiendo. Es la guerra por la cosificación de la gente y está bien planeada y, repito, ellos están ganando.
ResponderEliminarYo aprendí a amar los cómics con los suplementos infantiles, el domingo esperaba impaciente a que llegara mi padre con los periódicos y tanto "el Pequeño País" en el País Semanal (Mot, Leo Verdura, Turpín...) como el más clásico "Gente Menuda" en el Blanco y Negro fueron definitivos para mi futura afición. En esa época vivía en un pueblo sin acceso al mundo del cómic y éste me llegó vía prensa. Coincido con Pere Joan en que el desinterés de los periódicos por la historieta y en especial la historieta infantil son terribles.
ResponderEliminarNo sólo eso, sino que nos dieron ganas de descubrir los clásicos que visitaban Cris y Óscar posteriormente gracias a sus aventuras. Me pasó al ver El Hombre Invisible por fin: mi primera referencia y que no paraba de venírseme a la memoria era Turpin.
ResponderEliminarPor cierto, ¿ordenaron un corte de pelo para Cris para la posible serie de animación? :)
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