El sábado pasado, en Babelia. Justo ese mismo día visité con Julie Doucet la exposición en el Reina Sofía. Vale mucho la pena: asombrosas y prodigiosas las páginas de Herriman, apabullante su inventiva. Justo al lado, otra exposición igualmente apabullante, la de William Kentridge. Todo junto, una demostración del poder del dibujo, de un siglo a otro.
Pues habrá que ir! Genial que los grandes museos sigan, pasito a pasito, normalizando el hecho de que comics, tebeos o novelas gráficas, da igual el término que usemos para nombrarlas, son obras de arte.
ResponderEliminarHerriman es al cómic , lo que el cine mudo es al cine. Síntesis, apenas onomatopeyas y música de fondo, para sorprender con escasez de recursos... o no...
ResponderEliminarHurray for Krazy Kat !!
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