27 sept 2025

Trampantojo #527

 Hoy en Babelia.



2 comentarios:

  1. Como sabes siempre he defendido yo esto; en el sentido de que muchas "obras de arte" o los promotores de arte o el curador o el propio artista; pergenian un fabuloso discurso, para tratar de dar salida a un manchurrón infumable, totalmente casual, surgido en el caos, sin ningún criterio, por supuesto nada figurativo identificable, ni encasillable dentro de ninguna corriente artística, una obra totalmente producto del azar de la crisis creativas o incluso del aburrimiento abismal . Y como digo tratar de la salida a este bodrio, por medio de palabras aviesas y que yo creo que ahí es donde al final va a residir el verdadero arte, en la esencia del discurso de defensa o justificación y no en la obra maniquea , despersonalizada e incluso absurda. También pienso que a veces el propio artista o la propia artista ha recurrido a algún familiar impúber , para adueñarse de su personalidad atrapada en la inocencia . Para más inri la cosa se complica cuando en el evento de presentación en la galería o sala de arte. Un montón de snobs , que prácticamente vienen a comerse el ágape de invitación de dicho evento, pero que a su vez están bien relacionados en el mainstream del arte. Se ponen a opinar, analizar y vanagloríar , de manera enfermiza y ceporra. Lo que la obra-mojón en cuestión les sugiere a ellos y cada uno despotrica desde su púlpito de sapiencia, envueltos en un halo credibilidad, ganada a pulso con los años , entre los vítores de la ignorancia de el resto de los snobs que les colorean y les defienden en un ejercicio insano de aprobación y quórum masivo enfermizo... He dicho...

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  2. En el caso del arte moderno, sin duda es cierto lo que decía Jesús Tuson de las imágenes en general: que raramente valen más que mil palabras.

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