Una de dos; o el grandullón de la imagen les jodió el día impidiendo a nuestros dos perplejos amigos que usasen el coche. O por el contrario la perplejidad vino, cuando les ayudó con vanidad manifiesta a abrir su coche con inusitada destreza en el manejo de ganzúas...
Una de dos; o el grandullón de la imagen les jodió el día impidiendo a nuestros dos perplejos amigos que usasen el coche. O por el contrario la perplejidad vino, cuando les ayudó con vanidad manifiesta a abrir su coche con inusitada destreza en el manejo de ganzúas...
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