En un jardín, en un bosque

Ya sabéis, no acostumbro a anunciar los proyectos, al menos no solemnemente. Pero a veces apetece, y este es el caso. Llevaba unos meses trabajando en mi nuevo cómic, ese del que he ido soltando pistas en entrevistas, charlas y alguna entrada de este blog. De hecho ya había empezado a dibujar las primeras páginas cuando ha surgido algo imprevisto que lo va a apartar de mi mente y de mi mesa durante unos meses. Un encargo, uno de esos que no puedes dejar pasar porque simplemente te pilla en una de tus debilidades, te encuentra ya entregado desde el minuto uno, y entonces instantáneamente deja de serlo para convertirse en un proyecto propio, tan propio que por tí mismo nunca te hubieras atrevido a soñar con él. 

Estoy hablando de un libro -un cómic- sobre El Bosco para el Museo del Prado.

El año que viene es el 500 aniversario de la muerte del pintor, y el Prado prepara la mayor exposición de sus obras jamás hecha. Llevo un mes y medio dedicado al estudio de su vida y de su obra -ambas insólitamente enigmáticas- y de las múltiples interpretaciones a que han dado lugar a lo largo de estos cinco siglos. Tengo ya la idea para el libro, y estoy ahora desarrollando visualmente el guión. El libro debería salir en mayo de 2016, coincidiendo con la inauguración de la exposición en el Prado. De aquí a entonces voy a estar sumergido en esto. Luego retomaré mi proyecto "mudo".

Bosch, el nombre con el que firmaba, significa bosque -referencia a la ciudad donde nació, vivió y murió, s'Hertogenbosch, en Brabante (Países Bajos), que significa "Bosque del Duque"-. Ya sabéis de mi afición a los bosques, y ahora, además, voy y me meto en un jardín... el de las Delicias, espero.

(No es la primera vez que me cruzo con el pintor: aquí el blanco y negro preliminar de una ilustración para el Sillón de orejas del 5 de diciembre de 2009, con un motivo tomado del panel derecho de "El jardín de las delicias").